2/08/2017

Antonio de Cabezón


Genio burgalés del órgano en la Europa de su tiempo, ciego desde muy niño, es el más ilustre representante de la música instrumental española del Renacimiento. Estuvo al servicio de las cortes de Carlos V y Felipe II, dando prestigio a la música española y haciendo gala de una lealtad inclaudicable. De hecho, acompañando a los monarcas por Europa, dio a conocer algunos de sus Tientos y Fantasías. Escribió además romances, fabordones glosados, diferencias sobre canciones francesas y temas populares de danza, himnos sobre temas gregorianos. Sus obras fueron publicadas por su hijo Hernando, quien dice de su padre que fue un hombre creyente, humilde y generoso con los discípulos.


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