2/08/2017

Cristóbal de Morales


Sevillano, principal representante junto a Francisco Guerrero de la “escuela andaluza” de la polifonía española del s. XVI. Ocupó  los cargos de maestro de capilla en Ávila, en Plasencia y en Toledo, y de cantor en la capilla Sixtina y en Málaga. Estando en el Vaticano fue el elegido para componer una cantata a seis voces, “Jubilate Deo omni terra”, para conmemorar el tratado de paz firmado en Niza entre Carlos V y Francisco I.  Su obra, que se difundió con rapidez por Europa, comprende además de algunos madrigales, libros de misas, motetes, villancicos y romances y como obras cumbres sus Lamentaciones y su Magnificat. Propenso a la novedad, en tres de sus misas utiliza temas no litúrgicos (procedimiento parodia). De estilo sobrio, austero y recogido, es fiel a su lema: “Toda música que no sirve para honrar a Dios o para enaltecer los pensamientos y sentimientos de los hombres, falta completamente a su verdadero fin”.


No hay comentarios: