Viajó a Europa como músico al servicio de diferentes señores y cortes, por su conversión al catolicismo no es bien recibido en la corte de Isabel II y no regresa a Inglaterra hasta 1606, obteniendo un puesto como laudista de Jacobo I de Inglaterra en 1612.
Compuso canciones y música para grupos instrumentales , pero sus obras más conocidas son las dedicadas al laúd, con alrededor de 100 piezas, el verdadero microcosmos en Dowland.
En publicaciones como Books of Songs or Ayres (1597, 1600 y 1603), Musical Banquet (publicado por su hijo Robert en 1614), Lachrimae (1604) o A Pilgrims Solace (1612) encontramos danzas y piezas instrumentales llenas de belleza y elegancia, en las que melodía, armonía y contrapunto conviven en un perfecto y delicado equilibrio.
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