12/21/2017

Música sacra en el Barroco

La música sacra o sagrada, ha cumplido a lo largo de la historia una importante función: enriquecer y embellecer las distintas liturgias religiosas. En el período Barroco, tanto el culto protestante como el rito católico dieron a la música un lugar de primer orden. El nacimiento de la ópera, a comienzos del siglo XVII, influyó decisivamente en la música sacra, que asumió el componente teatral y escenográfico de ésta.

Las características que más y mejor definen esta etapa musical, fueron asumidas con absoluta naturalidad dentro de la iglesia. El “estilo concertato”, el uso del “bajo continuo”, la “armonía tonal”, formaron parte de los cantos litúrgicos.


En cuanto a los géneros, continuaron teniendo presencia los motetes, las misas, los salmos, aleluyas, etc, pero simultáneamente se crearon otros, directamente derivados de la Ópera. La Cantata, el Oratorio y la Pasión fueron sin duda, las grandes creaciones de la música sacra barroca.

Cantata significa literalmente “pieza para ser cantada”, y recibió este nombre como contraste a la Sonata o “pieza para ser sonada”. En principio las Cantatas eran sencillas canciones solistas, de temática profana y acompañamiento instrumental. Con el tiempo fueron añadiéndose fragmentos corales, temas religiosos o moralizantes y una mayor complejidad y extensión. Normalmente constan de varias secciones (6 ó 7) que terminan en un gran Coral. Compositores como Vivaldi, A.Scarlatti o Carissimi, fueron especialmente importantes en este formato.


El Oratorio recibe su nombre del lugar, destinado a la oración dentro de la iglesia, que fue donde nació. Tiene muchas similitudes con la ópera al contar con distintos personajes, narrar una historia e incluir arias, recitativos, fragmentos corales e instrumentales. Sin embargo se diferencia en que no se representa teatralmente y en que añade la figura del “narrador” como intermediario, que sitúa y explica la trama a los fieles. Si se canta en latín recibe el nombre de “Oratorio Latino”. Carissimi, Rossi, Buxtehude, Schütz, Händel y Bach fueron algunos de los compositores que engrandecieron el oratorio barroco.



La Pasión es una forma muy similar al Oratorio y al Motete, que narra siempre la misma historia: la pasión y muerte de Cristo tal y como la narran los evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan). En el s.XVII era bastante austera de medios, y consistía básicamenteen una serie de recitados melódicos a cargo del “narrador” que se alternaban con fragmentos polifónicos a cargo del coro. En el s.XVIII se enriqueció y dramatizó notablemente, pasando a incluir instrumentos, arias, duetos, recitados y un arácter mucho más teatral. Las Pasiones según San Mateo y San Juan compuestas por Bach, son probablemente la culminación de este formato.


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